jueves, 1 de noviembre de 2012

Visiones


Dura estoy como una piedra.
Y en aquél estado que no deja llorar.
Me tiemblan piernas y cabeza.
Se me erizan los pelos de tan sólo pensar.

De ira estoy, como una hoguera,
llena de bronca, pena y dolor.
Con la sangre helada en las venas.
Y el corazón que apenas late, preñado de horror.

Amigos míos, yo me pregunto cada día
Razonando tristemente sin parar
Desde cuándo importa más el oro que la vida
y cuánto más la Fe que la Verdad.

Estoy con el estómago crispado
por hace tanto tiempo observar,
cómo embarran el mundo algunos seres,
Cómo fomentan el odio
                                       sin
                                             cesar.

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palabras que fluyen como lluvia dentro de una taza de papel.